Más que quién soy, diría que quién es mi personaje.
Todo comenzó cuando me di cuenta que la vida me apretaba tanto que entendí que tenía mucho que decirme. Empecé a indagar, a descubrir, a querer saber más y, sobre todo, empecé a ser responsable de mi misma, de mis actos, de mis reacciones; comprendiendo que todo lo que estaba viviendo era perfecto para mi evolución.
A partir de ese momento empecé a agradecer a todas y cada una de mis experiencias (dolorosas). Ellas estaban preparándome para quien soy ahora.
Perdí a mi madre muy joven, cuando ella solo tenia 50 años. Esa pérdida me hizo ver, años después, un mensaje vital para mi: «Hija, vive!, suelta lastre y crea la vida que mereces. Yo no he sabido hacerlo mejor». Sé que lo hizo de la mejor manera que supo.
Yo, aproveché su mensaje y lo hice, aprendí a soltar todas la creencias que me limitaban, transformándolas en creencias que me potenciaban. Aprendí a conocer el vocabulario de mi cuerpo, a escucharlo. Aprendí a ver en mis hijos mis necesidades y mis frustraciones, y junto a ellos las integré. Fui capaz de sanar la relación que tenia con los hombres, empezando con la que tenia con mi padre. De pequeña solía esperar sus muestras de cariño y su aceptación. Eso me condujo a buscar hombres que me hacían sentir lo mismo.
Acepté que mi padre tenia sus faltas y sus cualidades y que él me daba lo que tenia, ya que lo que no tenia tampoco lo podía compartir. Empecé a darle todo lo que yo sentía que me faltaba, y ya en mi adolescencia empezó una relación de aceptación padre – hija preciosa. De este modo comenzó mi descubrimiento sobre cómo las mujeres de mi clan se relacionaban des de la no aceptación de la parte masculina, ellas no permitían que los hombres tuvieran su lugar. Un trabajo precioso que me costó dos divorcios y un hijo de cada uno de ellos, de los cuáles siento un profundo agradecimiento. Han sido y son los hombres que me han permitido crecer como mujer con los cuáles he decidido ser madre y de ellos guardo amor sincero…
Con toda mi experiencia de vida he construido y descubierto lo que puedo decir que soy ahora, una persona en su esencia, preparada para la vida, para todo lo que ella quiera y abierta a descubrir y aprender cada día más de mi.
Honro a mis padres por su labor y les doy las gracias con todo mi amor.
Sin vosotros esto no seria posible.
Cuando estamos en procesos de crecimiento personal empezamos a detectar en nosotros las ganas de ordenar y armonizar nuestro hogar.
Muchos de nosotros no sabemos por donde empezar, y es por eso que os quiero recomendar que os dejeis acompañar en este proceso por «Armonizarte con Feng Shui»
Desde mi punto de vista cuando hay un equilibrio alma, cuerpo y mente; tener los espacios energéticamente bien aspectados y ordenados es el autoregalo perfecto para ti en ese momento.